Glamorama
Emilio Sutherland sufrió un asalto en su casa de La Florida en febrero de 2017. FOTO: LA TERCERA

El inédito relato del «Tío Emilio» sobre el asalto que sufrió: «Tuve la oportunidad de dispararle a los delincuentes»

Autor: Andrés Cantuarias / 19 abril, 2018

Emilio Sutherland lleva 7 años liderando En Su Propia Trampa, programa donde se ha encargado de funar a delincuentes y estafadores. El espacio lo catapultó como una figura televisiva relevante y lo posicionó dentro de la cultura popular chilena como el «Tío Emilio».

Sin embargo, en una suerte de venganza, pasó de funar delincuentes a ser víctima de ellos. En febrero de 2017 sufrió un violento asalto a su casa.

Al periodista de Canal 13 lo sorprendieron cuatro delincuentes que entraron por diferentes puntos a su hogar. Él no opuso resistencia e intentó dialogar. Lo ataron de pies y manos junto a su esposa y sus dos hijos. “Oye ‘Tío Emilio’, menos mal que no me mandaron a matarte”, le decía uno de individuos.

En los 15 minutos que estuvieron en su casa, ubicada en La Florida, los ladrones registraron la propiedad, se llevaron objetos de valor, cargaron el vehículo de Sutherland y desaparecieron.

Este jueves, en Bienvenidos, el «Tío Emilio» recordó el violento asalto. En el matinal hablaban del caso de un abuelo que fue baleado por delincuentes mientras asaltaban su hogar, cuando el periodista intervino para dar, con lujo de detalles, su testimonio, donde relató que casi utilizó su arma debidamente inscrita para defenderse:

Emilio Sutherland: “Es complicado. Fíjate que yo sufrí esta experiencia en año pasado. Me asaltaron en mi hogar. Me sudan las manos cuando escucho el testimonio de esta gente. Y hay que estar en el momento. Yo tengo un arma en la casa. Desgraciadamente nos sorprendieron. Fue una especie de ataque simultaneo por diferentes partes de la casa. Me pusieron un cuchillo en el cuello, qué se yo. Entonces no alcance a armarme a reaccionar. Entonces, no alcancé a armarme, a reaccionar, a acudir al arma. Y en esos casos, lo peor que uno puede hacer es reaccionar de forma violenta. O sea, hay que entregarse, hay que tratar de dialogar con los tipos»

Tonka Tomicic: “¿Tú lo hiciste así?”

Sutherland: “Lo hice así. Conversé durante los 15 minutos que tuvieron ahí, que fueron eternos. Conversé con los tipos. En algún momento se mandaron una ‘joyitas’ los delincuentes. Me decían ‘oye, ‘Tío Emilio’, menos mal que no me mandaron a matarte’. Yo estaba boca abajo atado de pies y manos. Este caso, te digo, me pone los pelos de punta, porque yo tengo un arma en mi casa debidamente inscrita”

Tomicic: “¿Te has puesto en la situación de que vuelvan a entrar a tu casa y que tengas que usarla?”

Sutherland: “Mira, te quiero contar un poco para que entiendas la situación. Lo que me sucedió en ese momento, porque escuchaba yo a Martín (Cárcamo) recién y uno tiene que disparar, pero no, no siempre. O sea, yo me pongo, ¿qué hubiese pasado si efectivamente logro tomar el arma y le disparo y mato a los tipos?. Yo tengo buena puntería. Practico de vez en cuando. Entonces a lo mejor pienso, a lo mejor fue bueno no haber accedido al arma en ese momento. No haber tenido la oportunidad, porque después imagínate el tema de la consciencia, en matar a otra persona, aunque sea un delincuente, es terrible. Además, con todas las consecuencias legales que significa después, exponer a tu familia, que es lo que ocurre en Chile, a las represalias de los delincuentes…”

Martín Cárcamo: «¿Si hubiera pasado al revés, Emilio? Porque tú tienes un arma. ¿Qué hubiera pasado si le hubieran disparado a un familiar tuyo?”

Sutherland: “Yo tuve la oportunidad de dispararle a los delincuentes. De hecho, tres segundos después que los tipos estaban saliendo todavía de mi casa, yo me desaté rápidamente. Tenía mi arma con bala pasada. Ellos no la descubrieron donde yo la tenía. Tuve la oportunidad de disparar, de alcanzarlo, pero lo más probable es que lo hubiese alcanzado, saliendo de la casa y ahí no es legítima defensa y me hubiese metido en un problema mayor”

Tomicic: “Aunque te hubieran asaltado, te amarraron, te hirieron, te golpearon. Desde la puerta de tu casa hacía a fuera ya no es legítima defensa».

Sutherland: «Exacto, es problemático. O sea, es problemático demostrarlo. Entonces, yo fíjate, ahí agradezco a mi hija que me debuto y me dijo ‘papá, papá’. Lo pensé tres segundos y dije ‘no, mejor que se vayan, ya esto terminó, ninguno resultó herido y es mejor así’. Por eso te digo: hay que estar en el momento. No se pueden sacar conclusiones apresuradas de qué es mejor. Si yo hubiese tenido el arma, lo más probable es que hubiese disparado. Pero me pongo en esa otra situación: ¿Cómo me hubiese sentido yo si mato al delincuente?

«Por muy delincuente que sea, ¿qué hubiese pasado con mi familia, posterior a tener la posibilidad de represarías? Aquí no hay recetas, lo que yo creo que hice, hicimos todos en la familia, fue reaccionar: ‘Róbense todo lo que quieran. Váyanse tranquilos’”

Polo Ramírez: “Pero Emilio, ¿tú sentiste que tu vida estaba en peligro o la vida de tu familia estaba en peligro? Porque ellos estaban armados”

Sutherland: “Obvio. O sea, venían con cuchillo, destornillador. A mí me sorprendieron en el patio de mi casa, con un cuchillo aquí en el cuello. Entonces, obvio que en algún momento tú estás en peligro. Es obvio, es evidente. Además, los tipos se jactaban con mucha soberbia de ser profesionales en esto de robar”

Tomicic: “Seguir en la casa y dormir la siguiente noche en la casa… Te encargo esa experiencia”

Sutherland: “Es complejo. Por eso te digo, no se pueden dar recetas en estos casos de cómo reaccionar. Hay que ver. Lo que tú dices tiene mucha razón. Hay delincuentes que entrar drogados, que uno sabe, conversando justamente con ellos, que toman algún tipo de drogas. La jerga delictual dice: ‘Para que se les agrande el corazón’, para no tener ningún escrúpulo, para reaccionar de forma violenta en contra de sus víctimas. Pero en este caso, en el mío en particular, los tipos accedieron al diálogo, accedieron a tratarnos bien. Fue un caso inusual. Hay otros casos, como tú dices, entran drogados, ebrios algunas veces y no responden a ningún argumento para tranquilizarlos” -EL VIDEO ACÁ DESDE EL MINUTO 16-.