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Pamela Díaz hoy en el matinal de Chilevisión. IMAGEN TOMADA DE PANTALLA

La reveladora y sorprendente «verdad» de Pamela Díaz tras riña en Chicureo

Autor: Equipo Glamorama / 2 noviembre, 2017

Pamela Díaz contó su verdad. Una versión minuciosa en detalles, diálogos y todo lo que pasó la noche de Halloween entre ella y la hija veinteañera de un vecino, en el condominio Algarrobal 2, en una parcela de Chicureo. Una riña que terminó con ambas detenidas y a la espera de la citación de la fiscalía local de Chacabuco –CONOZCA ACA LOS DATOS ENTREGADOS PRIMERO POR CARABINEROS-.

En el matinal de Chilevisión, «la fiera» contó que, pasadas las 22 horas del martes, en su casa ya estaban todos acostados. Ella, su marido y los seis hijos de ambos. Sin embargo, ya a las 01.30 de la madrugada la comentarista de Chilevisión y su esposo, el empresario de prótesis médicas Fernando Téllez, empezaron a comentar sobre los fuertes y molestos ruidos que provenían de una fiesta en la casa de un vecino.

Este fue la parte más importante del relato de Pamela en La Mañana:

«Están detrás. No tengo ningún tipo de relación con ellos tampoco, son nuevos, no tengo idea… Mi marido llegó a las 01:30, yo estaba durmiendo. En esto digo ‘está un poquito fuerte la música’. Pero dije ‘bueno, las 01:30, corresponde’. (En su domicilio estaban todos durmiendo)Todos, son chicos.

«Yo despierto a las 4 de la mañana porque la Pascuala (la hija de 11 meses de Díaz) toma leche. Entonces hago el recorrido de la leche y no sé qué y sonaba la música. Me voy a acostar y digo ‘¿sabi qué? ¿No será un poquito mucho la música?’. Porque de verdad que es desagradable. Era como que fueran 60 personas coreando la canción, aplaudiendo, gritando, era demasiado.

«Dije ‘me da una lata llamar a Carabineros’, porque yo siempre pensé que eran adultos los que estaban haciendo esa fiesta. Entonces como es Halloween yo dije… ¡Mira las tonteras! ‘Invirtieron en el vestuario, es una lata ir a una fiesta de disfraces e igual te gastas tus lucas’. Dije ‘voy a llegar allá, una señora me va a decir tal por cual, cómo iba a las cinco de la mañana a molestar. No voy a hacer nada, va a terminar luego la cuestión’.

«Llamo a portería. Yo no sabía si era de atrás o adelante (la fiesta). Sentía como para atrás. Me dice: ‘Si ya hemos ido como cinco veces a la casa, pero ellos no entienden, y nosotros no podemos entrar a la casa, los únicos que pueden entrar es Carabineros. Tenemos un furgón afuera de la casa, con las luces, que tocaba la bocina todo el rato’. Yo pensé que era de la fiesta la bocina. Era bocina del caballero tratando de que alguien lo pescara para poder entrar a la casa.

«Fueron los cuatro (guardias del condominio) y nada. Traté de dormir un rato y voy a llamar de nuevo: ‘¡Son las 05.30, 05.40! ¡¿Qué onda?!’. ‘Mire, lo único que podemos hacer es apagarles la luz, pero si se la cortamos lo más probable es que se eche a perder el refrigerador y cosas así, y no podemos hacerlo. Estamos afuera con un guardia, porque salen unas niñitas no en muy buen estado y lo único que hacen es palabrotearnos y decirnos cosas y nosotros tampoco podemos hacer mucho’

«No dormí nada más. Fernando (Téllez, su marido) llamó a los guardias y a Carabineros, que no contestaron. Yo llamé después a Carabineros y me dicen ‘vamos en camino, estamos en otro proceso’. Cada vez que salía alguien eran palabras que no corresponde y cabros chicos. Yo dije ‘esta cuestión es de cabros chicos, los papás no están’. Típico que los papás no están, agarraron la casa y están haciendo su fiesta.

“Más encima los guardias del condominio habían llamado (a Carabineros). No había pasado nunca que había tenido un problema así con alguien. 05.55 de la mañana, no pude dormir nada. Enojada, le digo a Fernando ‘sabí que me voy a ir a trabajar, pero antes de irme a trabajar… Aquí está la leche de la Pascuala por si despierta’

“Después voy, pesco a los guardias. Muy caballeros ellos, simpáticos, no tengo nada qué decir. Estaban hasta acá, porque su pega es hacer bien el trabajo y que la gente que vive en el condominio esté bien.

“Los sigo (a las vehículos de los guardias) y justo viene uno de vuelta. ‘Señor, ¿sigue el carrete en tal casa?’. ‘Sí’, me dice. ‘Pero es atroz. Quedan como 30 personas y se fueron como 20 autos recién’. Entonces yo dije ‘ya, ok, está bien. ¿Me puede guiar? Porque fueron dos patrullas (vehículos de los guardias) hacía allá’. ‘Por supuesto, pero no saca nada, porque nosotros estamos desde las 4 de la mañana diciéndole, pero no nos pesca el teléfono de la casa, el celular. Una chiquilla bastante maleducada. Todo mal. Así que tuvimos que seguir acá esperando a Carabineros’

“Yo fui y cuando voy había dos personas más. Seguía la fiesta igual. Podían haber llegado hasta las 10 de la mañana. Si nadie les dice nada, y Carabineros no llega, podían haber seguido hasta el día siguiente si quieren. Y es verdad. Hay leyes que hay que respetar. Carabineros no pueden entrar.

“En un momento digo ‘¿por qué, si yo pago mis gastos comunes, por qué el que está al lado no me puede respetar? ¿Por qué, si yo tengo hijos y al día siguiente tengo que trabajar, tengo que mamarme a chiquillos maleducados hasta la hora el níspero?’. Porque yo siempre dije que los papás no estaban. Y era mi justificación para entender lo que pasaba. Porque si estaban los papás, porque si dejo a mi hija, le paso la casa, dejo copete y le dejo para que lo pasen increíble… Pero eran la seis de la mañana, ¿y no cortai la música?

“No es que la música no era agradable… Eran griteríos, como si estuvieras en Lollapalooza. No era una cosa que dijeras ‘¿sabí qué más? Si, se quedaron guitarreando, típico, y te tomai algo y conversai y cantai’. Pero no era así.

“Sigo. Llego a la casa. Están los dos de seguridad, un caballero ya de edad en un auto chiquitito, y otro que estaba afuera. Y al rato después llega un caballero peladito, que es el jefe, el jefe de seguridad.

“Voy. Estaciono el auto afuera, como entrando a su casa. Atrás mío estaba seguridad y otras personas. Algunos ya se iban. Yo me voy a bajar del auto y en eso veo a una chiquilla de negro entero, con los diablitos, como un disfraz (de Halloween). Entonces llega y me dice como que pase, con su control remoto (Díaz hace gestos, con las manos, imitando a la señal que supuestamente le hizo esta joven, que estaba en el patio del domicilio). Y dije ‘ya, qué bueno, me encontré con la dueña de la casa’. Me imagino que es la dueña de la casa, porque no están los papás. Es más, había un auto, un Peugeot 206, al lado de mi auto, que salió después. No sé cómo salió, porque le costó ene y, de hecho, el guardia lo para un poco para decirle que mejor no manejara.

“Y en eso, me dice que pase. No tengo nada qué decir de la chiquilla. No sé quién es. Ella tenái el control remoto (del portón). Se estaba fumando un cigarro. Estaba de día. Tengo entendido que después llegan otros chiquillos más en el mismo estado. Y yo les digo ‘hola, ¿sabí qué hora es? Son las 6:10. Hay guardias que te están esperando’.

“Yo nunca entré a su casa. Ni siquiera entré todo el auto. Fue en la parte en el portón. ¿Cómo voy a entrar a una casa? Yo no entré nunca a su casa. Nada. Entro el auto, me voy a bajar y la chiquilla me dice ‘¿qué onda?’, porque no sabía bien si yo iba a buscar a alguien, o si yo venía al carrete, o si me faltaba cigarro o hielo. Ella no entendía nada. Entonces me bajo y le digo ‘oye, galla, son las 6…’. ‘No me digai nada… Yo no tengo nada que ver aquí. Solo me encargué de abrir la puerta y yo te voy a llamar a los dueños de la casa’. ‘Ok, los voy a esperar en el auto’.

“Ella va a buscar a los dueños de casa. Ella era una amiga. No tenían más de 23, 24 años. Mayores de edad, creo, porque las apariencias engañan. Nada que decir. Y le digo la guardia ‘¿ella fue con la que tuvo problemas?’, ‘Sí, no tengo nada que hablar con ella’. ‘¿Y por qué?’, le digo. ‘No, insultos y todo’. Un caballero de edad. ‘Ah, ok’, le digo yo. El caballero se queda atrás mío. Y en eso viene un grupo de chiquillas vestidas de Halloween. Y ahí dije ‘aquí la cosa no está…’. Y yo no voy a discutir nunca con alguien que está… No.

“Y yo le digo ‘¿qué onda? 6:27. Soy tu vecina del lado de atrás. ‘¡Y qué hace el auto aquí metido!’. Y no solo eso. ‘¡Y sácame el auto!’. Y le digo ‘apaga la música, ¿y sabí? Estai pasada a copete, así que chao, sale. No tengo nada que hablar contigo’. Me bajé del auto, para saludarla, pero caché que esta cosa…

“Y lo que sale, que yo le pegué, es mentira. No fue así. En eso, esta niña ya venía arriba de la pelota. Dos chiquillas más. Una simpática y otra que le hacía la compañía. Eran gritos, gritos, gritos y así las miraba.

«Esta niña que no tenía más de 24 años y venía en estado de ebriedad y empiezan altiro los gritos porque yo había entrado el auto. Y me cuenta que es lo que hace su papá, su tío, su primo, el dueño de no sé que. Todo eso.

«Los guardias contaron 27 jóvenes. Escucho a una chiquilla que me dice ‘pero si está el papá. Llamemos al papá’. Pensé que era una broma, porque como estaban todos mal. Voy y le digo al guardia, que estaba al lado de mi auto, ‘están los papás’. En eso, viene esta chiquilla y empieza ‘¡y qué te metí voh!’. Le digo ‘cállate, que estoy hablando yo con el guardia. Córrete pa’ allá por favor’. Me dice ‘¡no, no, no! ¡Cállate voh!’, y empieza así (a chasquearle los dedos frente al rostro).

«Yo estaba hablando con el guardia afuera de la casa. El portón y estoy (pasadito) el portón. Quedó abierto mi auto. Con la chiquilla no se podía hablar, por eso le voy a decir al guardia ‘¿cuánto rato le falta a Carabineros para llegar?’.

«Ella me decía ‘¡saca el auto, saca el auto! ¡¿Vai a sacar el auto o no?! ¡Te lo voy a hacer ca…!’ El guardia me dice que Carabineros está en portería (del condominio). La otra me echaba el cuerpo. Si yo le hubiese pegado, sería mala gente, porque una persona que tú ves en un estado de ebriedad, no le vas a pegar. Es seguirle el juego para qué.

«Yo voy y le digo ‘¡córrete!’, porque ya me tenía aburrida. Llevaba ene rato conversando con el guardia y me dice ‘ya entró al condominio Carabineros, esperémoslos acá’. Okey. Voy a buscar mi celular a mi auto, para llamar acá para decir que lo más probable es que llegue atrasada, que no voy a llegar.

«Cuando voy a pescar el auto, ella va y se me pone encima. Le digo ‘sale del auto’. Y empezó con los dedos (a chasquearlos frente al rostro de Díaz) y tal por cual, los garabatos eran miles. Ella va y me hace así (Pamela levanta su brazo derecho) y le digo ‘¡sale de acá!’ y le hago así (hace el gesto de empujar a alguien con el brazo, por la parte del estómago).

«Ni siquiera le hago en la cara, para que me deje tranquila. La saco de mi lado. Se cae de traste, tampoco le pasó nada. Y empezó el show: ‘¡Que te voy a… y ta, ta, tá!’. Y vienen como seis niños de un metro y 80, veinteañeros , porque gritaban pero como… Y me agarran a mi de la guata, porque ella se me tira encima. Ella solo me agarraba de acá (de la parte entre el cuello y la polera).

«Ella se me tira encima y me tiene agarrada de acá, no me alcanza (a pegar en la cara con la mano). Yo no grité nada. Los guardias se bajaron. Los jóvenes me agarraron para sacarme del lugar, para sacarme o para agarrarme para que me pegaran… No tengo idea. Ella estaba como loca. Me manoteó la cara, que tampoco fue tan grave, y me agarra la blusa y no me la soltaba.

«Van dos amigas de ella y le dicen ‘¡ya poh, corta el show!’. Y la otra «¡es que esta me hizo esto, que humilló y bla, bla, bla!’. La agarran los amigos y se la llevan para adentro.

«Después que me suelta la niñita llamo a mi marido que venga y aparece el caballero, en la puerta (el padre de la joven). Cuando aparece el padre, yo ya había bajado mis decibeles y todo, y dije ‘qué rico porque voy a hablar con un adulto’.

«Se acerca a mi y le digo ‘oiga, ¿sabe que?’. ‘¡No, no me digas nada!’, me dice. ‘¡Viste lo que le hiciste a mi hija!’, que no sé qué. Miro la hora, son las 6.40. Justo un chiquillo apagó la música. Le digo ‘¿usted es el papá?’. ‘¡Sí, yo soy el papá! ¡Agrediste a mi hija!’, y le faltó casi que me leyera el artículo no sé cuanto.

«Le dije ‘son las 06.40. ¿A usted le parece bien que haya música hasta tal hora? Lo que puedan hacer sus hijos o estén o no estén en el estado…, es problema de usted y sus hijos. En su casa usted puede hacer lo que quiera, ¿pero a usted le parece bien?’. ‘¡¿Qué le hiciste a mi hija?!’.

«No, yo no tenía nada más que hablar con el caballero.

«Llegaron tres patrullas de Carabineros. De hecho, se fue una porque había una emergencia. Entran y como ven todo este show, y los guardias al lado mío y todo esto, ‘voy a proceder a ver qué pasó en la casa’. Y ellos van y le dicen que yo había entrado sin permiso a la casa, y que yo había agredido a su hija adentro de la casa.

«Entonces ellos pensaron obviamente que yo casi había entrado a la pieza de la niña, y la niña dice que yo le había golpeado la cara, tres combos en la cara. Nunca. Era imposible que le pegara. No da ni siquiera para discutir. Yo la empujé para que saliera de mi lado, y voló. Ella dice que yo voy y le pego. Que ella nunca me hizo nada. Que a mi se me ocurrió pegarle» –VEA ACA EL VIDEO-.