Glamorama
Matías Vega en La Divina Comida, donde habló de la pesadilla que vivió en 2013. IMAGEN TOMADA DE PANTALLA / CHILEVISION

La pesadilla de Matías Vega

Autor: Cristián Farías Ravanal / 25 julio, 2016

En febrero de 2013 Matías Vega vivió una situación pesadillesca que le costó su trabajo en una radio y manchó su reputación hasta hoy día.

Esa tarde el locutor fue detenido por la Brigada Antinarcóticos de la Policía de Investigaciones con 30 gramos de marihuana. El hecho ocupó titulares y mucho espacio en los paneles y medios de farándula. Se le acusó por microtráfico y transporte. Sin embargo, tras el correr de la investigación, sólo se le pudo comprobar que había comprado marihuana para uso personal. Así lo contó Vega en La Divina Comida.

El programa de los sábados en Chilevisión donde cuatro personajes preparan cada uno, una cena a la que invita al grupo. Esta vez reunió a Matías con Evelyn Matthei, Javiera Acevedo y Pangal Andrade.

En la comida que Vega organizó en su casa realizó un juego que simulaba un programa radial en el que un auditor supuestamente enviaba una pregunta. Entonces, Pangal le consultó por el publicitado episodio de 2013 –MIRE AQUI EL VIDEO. VAYA A LA PARTE 2– y este fue el relato del joven:

«Hace tres años. Era verano. Iba al funeral de un amigo. Por cosas de la vida, al final fui solo con un amigo y ese amigo me llamó y me dice que si lo pasaba a buscar a las tres. Le digo sí. Me dice ‘Mati, me salió un movimiento’, que es como una mano. ‘¿Voy a comprar marihuana, quieres que te compre?’. Es como eso. ‘Ya poh, bacán. Sí, obvio. Te paso a buscar en mi auto’.

«Lo pasé a buscar. Se sube a mi auto, con su mochila. Avanzo media cuadra y aparecen cuatro autos y se baja de todas las puertas gente con pistola. ‘¡Alto ahí!’. Y yo lo primero que pienso es que me van a matar. ‘Cagué, me van a matar’. Me quedé helado. Después dije ‘no me mataron. Entonces, me van a secuestrar’. De repente me abren la puerta, ‘¡Policía de Ivnestigaciones!’. Yo me bajo así (con las manos en alto) y me decían ‘¡Mati, baja las manos!’. Tres, cuatro de la tarde. Niños jugando, familias viendo ‘¡oh, cacha, el de la tele!’. Esposado contra la murralla.

«A mi me separaron de mi amigo. A él se lo llevaron a su casa y a mí me llevaron altiro a un calabozo de la PDI, me hicieron desnudarme completo, agacharme para ver si yo había escondido algo. Mucha gente viendo eso, mujeres, hombres de la Policía de Ivnestigaciones.

«Luego de eso, me llevan a una oficina donde estaba el fiscal Rosas y me empieza a interrogar sin nadie alrededor, solamente los dos. Me sienta y me empieza a decir ‘¡ya, entrégame a alguien más grande!’. Me comienza a nombrar a gente de la tele, ‘¡tú sabí que este es no se qué!’, yo le decía ‘mira, lo único que te puedo decir es que yo a él le compro un pito y me lo fumo y ya’.

«Lo más terrible es que el día en que me toman detenido la PDI sale diciendo que yo era líder de una banda criminal que repartía drogas a cinco comunas de la capital. Después de eso pasaron ocho meses y dijeron que yo no tenía nada que ver en el tema. Lo único que pudieron ellos como comprobar era que yo iba a comprar marihuana para mi consumo personal.

«Hasta el día de hoy me dicen ‘güena Mati, sácate uno’, o cosas así. Me lo tomo con humor. En ese tiempo igual, cuando me decían, prefieron sacármela así que enojarme, porque no saco nada. Pero para mí fue terrible».