Glamorama
Claudia Conserva fotografiada en el granero estudio del reality de Mega ¿Volverías con tu Ex? en Calera de Tango. TODAS LAS FOTOS: JOSE LUIS MUÑOZ / LA TERCERA

Claudia Conserva revela todos los secretos de ¿Volverías con tu Ex? y por qué no sigue en Mega

Autor: Andrés Cantuarias / Cristián Farías / 2 junio, 2016

Claudia Conserva quedó en shock el primer día de grabaciones del reality de Mega –MIRE AQUI LA GALERIA DE FOTOS DE CLAUDIA PRECIOSA EN LA CASONA DEL ¿VOLERIAS CON TU EX?-. Era un bonito desafío, algo que nunca hizo en sus 25 años de destacada carrera, así es que vamos, démosle para adelante con el reemplazo a Karla Constant, que se ausentó para ser madre. Y ahí estaba la flamante animadora de ¿Volvería con tu Ex?, impecable para su primera grabación, texto aprendido, “y sale el director y me dice ‘¡aguántate porque quedó la escoba!’. ‘¡¿Qué?!’. ’Quedó la escoba, se agarró Oriana con Huaiquipán y está llorando’. Yo decía ¡¿pero por qué?! ¿Cómo? ¡Si está empezando esta cuestión!’”, recuerda.

Como si fuera poco, al segundo día tuvo que echar a Angélica Sepúlveda. “O sea, llegar y que me digan ‘tení que expulsar a Angélica Sepúlveda y este es el texto, y ahora’. ¡Me daba mucho nervio! Yo no la conocía. Era un momento durísimo, porque ella recién había entrado y uno no sabe cómo iba a reaccionar”, dice. “En ese minuto tú no puedes flaquear ni decirle ‘¿cómo? Pobrecita’. Acá no. Tienes que ser súper fría, directa y ocupar el lenguaje adecuado. Porque una palabra equivocada va a acarrear problemas y se puede mal interpretar”.

Y lo que siguió fue aún más intenso. Conserva vivió su propio reality junto al equipo de Ignacio Corvalán, el nuevo emperador del estilo. Grabaciones diarias, sin domingos ni feriados. Llegar a la casa a las cuatro, cinco, seis de la mañana, calentar un empanadita para matar el bajón de hambre típico de las madrugadas. Levantarse para alcanzar a ver un rato a los niños y, a las nueve, correr de nuevo hacia el granero-estudio de Calera de Tango, para encerrarse en el camarincito que fue su hogar durante los cinco meses del programa más exitoso del 2016 en la televisión chilena.

Vio tanta rabieta de la terrible Oriana, llanto de la conejita enamorada Flavia, broma del argentino peliteñido Joaquín y demases, que conoce de memoria a los concursantes. Con ese famoso ángel que poquísimas animadoras tienen, contadas con los dedos de una mano o menos, Conserva se ganó el respeto y cariño de los participantes. Incluso se convirtió en la fantasía erótica de Pascual, el español sex symbol del show.

Creó su propio estilo de animación de reality. Más cercana, cálida, simpática y divertida que todos los otros rostros que han hecho la misma tarea, pero igual de profesional y respetuosa de las reglas. Claudia bebió su buen shot con los chicos cuando le tocó entrar a una de las numerosas fiestas del espacio. En alguna ocasión se aburrió como todos con los gritos de Oriana y en otra llegó a otra celebración disfrazada de Maléfica.

Parecía realmente interesada cuando escuchaba las confesiones sentimentales de Mónica u otra confundida protagonista. Y a pesar de que la criticaron por su look, mostró una propuesta hippie y terrenal, lejos de esas pintas muy planificadas y poco realistas con las que todas mujeres de la pantalla chica buscan ser admiradas y “marcadoras de tendencia”.

Ahora que se terminaron las grabaciones de ¿Volverías con tu Ex? y sólo queda la final, que será realizada en vivo, Conserva se apronta para su partida de Mega. El compromiso siempre fue el mismo, sólo por el programa. En esta entrevista en el granero-estudio con Glamorama lo cuenta todo sobre el famoso show:

Qué fue lo más complicado que le tocó vivir en ¿Volverías con tu Ex?

“El segundo día de trabajo tuve que expulsar a Angélica Sepúlveda. Llegar y que me digan ‘tienes que expulsar a Angélica Sepúlveda. Este es el texto, y ahora’. ¡Me daba mucho nervio! No la conocía. Era un momento durísimo, porque ella recién había entrado. Uno no sabe cómo iba a reaccionar.

“En ese minuto no puedes flaquear o decir ‘pobrecita’.  En una reacción más instintiva, uno trata de ser amable, pero acá no. Tienes que ser súper fría, directa y ocupar el lenguaje adecuado. Porque una palabra equivocada que digas en ese texto va a acarrear problemas y se puede mal interpretar.

“Además, el primer día, primera grabación, me pasaron el texto, me lo aprendí. Estamos listos para comenzar y sale el director y me dice ‘¡aguántate porque quedó la escoba!’. ‘¡¿Qué?!’. ‘Quedó la escoba, se agarró Oriana con Huaiquipán y está llorando’. Yo decía ¡¿pero por qué?! ¿Cómo? ¡Si está empezando esta cuestión!’

“Después vas encontrando formas para relacionarte y decidí tener distintos personajes. Cuando hacían fiestas podía ser un poco más lúdica, tirar más tallas de doble sentido con ellos. En las competencias uno tiene que ser mucho más estricta. En los momentos de conversa, más íntima e indagar un poco más allá para poder entender porque son así”

Una tarea muy dura y que nunca hizo en 25 años de carrera.

“El primer día de grabación, cuando terminé, llamé al Pollo y le dije ‘¡¿en qué me metí!? ¡¿Qué es esto?! ¡Muy difícil! ¡Lo hice mal!’. ‘¡Pero cómo!’, me responde, ‘no te creo’. Es un formato. Tuve que encontrar el libro sobre cómo me iba a relacionar con toda esta gente, porque te exige ser maternal, a ratos amiga, a ratos retarlos y llamarles la atención. No se te puede escapar de las manos la situación. Cuando estás con ellos, tienes que ser tú la que controlas absolutamente todo.

“Desde el minuto en que asumí el compromiso y hablé con mi familia –al Pollo le dije ‘me voy a meter en este proyecto y me voy a involucrar al 100%’-, siempre estuve muy al tanto de todo lo que estaba pasando. Esa pieza que tú viste ahí  fue mi casa durante cinco meses, donde estaba todo el día y muchas veces toda la noche.

“Existen los monitores donde puedes ver lo que está pasando. Llegaba en la mañana y lo primero que hacía era ver si se despertaron, qué se decían, qué no. Involucrarme, saber un poco más de las historias pasadas. A muchos la gente ya los conocía y yo no.

“Fue un desafío, algo que no se me hizo fácil, sobre todo al comienzo. Y tratar de jugar distintos roles. Cuando tratas de verdad de ser cercana, los entiendes. Yo, al final, llegaba a dormir a mi casa, pero ellos estaban encerrados todo el día. Traté de ser lo más empática posible y entender lo que estaba pasando por sus cabezas después de tanto tiempo encerrados.

“Cada día sentía que se me iba la vida por hacerlo bien y no fallar. Hay unos textos, porque el formato tiene muchas exigencias y hay muchas partes que tienes que decirlas al pie de la letra. Es un trabajo de 200 personas que están todo el día en eso, pero no es como una teleserie, donde tienes dos semanas para poder estudiar”

¿Animaría otro reality?

“Es para pensarlo. Junto con toda la parte buena que tuvo, hay un costo familiar y físico tremendo. De verdad que pasé muchas horas acá. Varias veces me quería morir de cansada. Te iban a dejar a la casa a las 6 de la mañana y a las 9 o 10 ya tenías el auto esperándote. No te alcanzas a recuperar. Igual me las arreglaba. Mis hijos se levantaban a las 6.30 para ir al colegio, hacía la hora para verlos y estar con ellos.

“A veces llegaba a mi casa a las 4 de la mañana, me calentaba una empanada porque tenía hambre. Hay días en que almuerzas un sándwich. Es toda una cuestión de hábitos. Ahora estoy recién recuperando un poco mi vida.

“A mis amigos, a mis parientes, no los vi. De hacer ejercicio ¡nada! Pero, a pesar del cansancio y de lo duro que es hacer un reality, pasa algo muy bonito, y es que uno se siente muy apoyada, estamos todos en la misma. Si yo estaba a las 5 de la mañana congelada haciendo el duelo, estaba toda la gente en la misma y en Santiago estaban todos los guionistas, todos los editores ¡viendo el duelo!

“Me impresiona la capacidad que tiene el equipo. Olvídate como trabajaban.  Nadie se enfermaba, nadie fallaba. Tienes que estar todo el rato atento, porque aquí no hay libreto, hay actividades que no se sabe lo que va a pasar”.

Fue un trabajo que la marcó.

“Me marcó. Crecí profesionalmente. Tras haber enfrentado durante cinco meses a este grupo de personalidades de aquellas, me siento mucho más tranquila de enfrentar a cualquier otra persona en cámara. Es un trabajo que te exige hacer preguntas que jamás  harías. O sea, preguntarle a Marco Ferri si tocó o no tocó debajo de las sábanas a Gala ¡Créeme que en mi vida le preguntaría a una persona si le corrió mano o no a otra debajo de las sábanas! Soy muy respetuosa de la intimidad de las personas. Pero, evidentemente, por el formato y por la temática del reality, tenía que preguntar eso. Pero también fue entretenido. De repente parar el carro, son cosas que a lo mejor uno no hace en la vida cotidiana”

¿Se sintió querida por los participantes?

“Me sentí súper querida y respetada, se armó algo bonito. A ratos de amiga. Agarré tanto cariño y sentí que ellos me tenían confianza, que de la nada me pedían favores, como ver algún partido de fútbol. Y yo ahí llamando al jefe para decirle ‘pucha, por favor, te lo suplico, es importante para ellos’. Era un poco intermediaria entre la producción y ellos.

“No puedo adelantarlo pero, antes de que ellos se fueran de acá, tuve una iniciativa que no tiene nada que ver con la producción. A los jefes les dije la forma en la que quería despedirme. Lo respetaron y pude hacerlo. Bonito de poder decirlo y contarles todo lo que me había pasado durante este tiempo”

No seguirá en Mega, ¿cómo lo toma?

“Lo tomo como una tremenda oportunidad que se me dio. Siento que hice una locura. Porque es totalmente distinto a todo lo que he hecho en los veinteytantos años que llevo trabajando en la tele. Fue una muestra de confianza importante”

¿Hubo intenciones de continuar en el canal?

“Lo que pasa es que a mí desde el primer momento, cuando se me invitó a participar en este proyecto,  tenía clarísimo que era solo éste proyecto. Por lo tanto, ahora que lo estamos finalizando y con el éxito que tuvo y la ganancia en términos profesionales para mí, yo solo puedo estar agradecida. Estoy muy contenta, me quedé con una sensación de tranquilidad y satisfacción por haber entregado todo, por haberme sacado la mugre por hacer lo mejor posible. Estoy feliz con el resultado.

“Lo veo al aire y me gusta el trabajo que hice. Me gusta la relación que tuve con ellos. Aprendí un montón de cosas, de mañitas que no hay otra forma de aprenderlas que con el pasar del tiempo. De repente, si peleaban, yo ya sabía cuánto dejarlos pelear y cuando parar. Estamos hablando de un reality, donde la gente quiere ver los enfrentamientos, entonces ¡no puedes parar la pelea!”

¿Cuáles son sus planes?

“Se está preparando una final espectacular. Después de eso, quiero tomarme una semanita de vacaciones. No tuve vacaciones con mis hijos, nada. El Pollo veraneó solo, yo me quedé acá trabajando. Después veré qué hago. Soy súper inquieta. Me gusta la conducción y todo, pero también la producción,  los proyectos y dirigir cosas y otras iniciativas empresariales.

“Siempre he estado con contratos largos, muchos años en un canal. Diez años en el 13, ocho en La Red, cuatro en RTU. Por la evolución que ha tenido la industria televisiva, siento que cada será más así, que te contratan por proyectos, por la situación económica que están viviendo la mayoría de los canales, excepto Mega”

¿Qué siente al quedarse sin casa televisiva?

“Ahora que terminé esto y quedé tan contenta, soy libre nuevamente y tengo un mundo de posibilidades para hacer lo que yo quiera. Eso me pasa. Todo fue exitoso. Aprendí, crecí profesionalmente. Ahora veamos con qué me sorprende la vida. Tengo algunos proyectos en mente que he estado desarrollando, no sé si los vaya hacer todavía, y no son conmigo en pantalla. Tienen que ver con la web. Está interesante esa plataforma de generar contenido y los tengo ahí”.