Pamela Díaz toreó a Carola de Moras y Rafa Araneda con Nacho Gutiérrez
Pamela Díaz relaja y le da chispa al ambiente y mantiene el espíritu de «fiera» independiente que ha demostrado tanto en sus buenos como malos tiempos.
Por eso el rostro de Chilevisión no sólo es testigo de Ignacio Gutiérrez en la demanda por discriminación sexual que el periodista interpuso contra el canal privado. Además, volvió a tirar la talla en La Mañana, y frente a Carola de Moras, que es testigo de CHV contra Gutiérrez, y de Rafa Araneda, que reemplazó a Nacho en el papel «dueño de casa» del programa.
Díaz las hace todas. Habla de su próximo matrimonio –MIRE AQUI LOS DETALLES DE LA SEGUNDA BODA, «MAS SENCILLA», DE PAMELA-. O sale a hacer notas, como ayer, cuando la mandaron a recorrer las nuevas instalaciones de CHV, en el edificio de Machasa, junto al panelista Nicolás Gutiérrez.
Obviamente que la comentarista llenó el despacho con sus «salidas». Una de ellas fue especialmente llamativa.
El par llegó hasta un «árbol de los deseos» que se instaló en el interior del amplio edificio. Allí se dio el siguiente diálogo, en contacto con el estudio, donde estaban Araneda y De Moras:
Pamela Díaz: “Oigan, yo quiero desear algo. Hay algo muy lindo. Algo muy lindo. Mira…”
Díaz y Nicolás Gutiérrez se acercan al árbol y comienzan a leer los papelitos con deseos puestos por la gente:
Nicolás: “Se acerca al árbol de los deseos. Todos los trabajadores de Chilevisión, cuando lleguen a este nuevo edificio, tienen que poner su deseo para este Chilevisión”
Díaz: “Mira, ¡qué cosa más linda!”
Nicolás: “Mira, acá dice ‘que Chilevisión sea el mejor lugar to work’. Este es de ‘compartir’. Aquí dice ‘éxito y alegría’. Son los deseos de nuestros compañeros de canal”
Díaz: “Aquí, ‘casa nueva, vida nueva’. ‘Éxito’, dice acá: ‘Exito y felicidades’. ‘Qué vuelva el Nacho’ … ¡Cómo la gente desubicada!”
Carola de Moras: “Eso es ‘firma: Nacho’'»
Rafael Araneda: “‘’Firma: Nacho’'»
Araneda y De Moras sonrieron, impávidos. Mientras que Nicolás reaccionó rápidamente y comenzó a apurar a la «fiera» del programa para digirse a otro espacio, apartado del árbolito de los deseos.
