«Serrucho» confiesa: «Fui alcohólico»
«Fui alcohólico», declaró Miguel Valenzuela en el programa Una Nueva Mañana. El chef del matinal de Mega, más conocido como «Serrucho», desclasificó una parte importante de su juventud. Un problema que superó hace 15 años y que relató de la siguiente manera en la conversación con Cecilia Rovaretti en radio Cooperativa:
Cecilia Rovaretti: “Serrucho, ¿cómo fue tu vida? ¿Tuviste alguna etapa difícil?”
Miguel “Serrucho” Valenzuela: “Sí. El tema económico, determina muchas cosas en la vida. Siempre hubo altos, bajos. Como en toda familia. Pero siempre he sido un gallo resiliente.
«Frente a la adversidad lo tomo por el otro lado y logro pararme y aprender de todo esto. Una de las cosas que aprendí es a vivir con austeridad. Que finalmente si no tení, no te compliques y para lo que te alcancé nomás”
Rovaretti: “¿Pero cuando joven? ¿En la escuela secundaria?”
“Serrucho”: “Disciplina siempre. Siempre temas de disciplina. Demasiado indisciplinado, demasiado desordenado”
Rovaretti: “¿Carrete?”
“Serrucho”: “Bastante. Tuve atados con el alcohol. Tuve una patología, pero ya gracias a Dios hace 15 años que no tomo una gota de alcohol”
Rovaretti: “Llegaste a tener problema serios”
“Serrucho”: “Sí, empecé a tomar muy chico. Pero por temas ni siquiera familiares. Mis papás tenían que trabajar y yo decidí meterme a este lado más bohemio, más de calle.
«Pero también de lo malo aprendes. Y fue aprender que en la calle hay códigos que quizás en ningún otro lado hay y que aquí se respeta la palabra. O sea, yo doy mi palabra y mi palabra tiene mucho más peso que cualquier otra cosa”
Rovaretti: “Pero cuando tú hablas de atados con el alcohol ¿a qué te refieres?”
“Serrucho”: “Fue patológico. Fui alcohólico. Yo creo que hasta los 19, 20 años, que fue cuando dejé de tomar, fui un alcohólico”
Rovaretti: “¿Y tuviste terapia?”
“Serrucho”: “No. Siempre tuve la palabra de mis padres. Siempre estuve al límite, pero siempre aparecía la vocecita de mi papá o de mi mamá, cuando hablábamos largo y tendido y las cosas se hablaban a calzón quitado. Eso logra mantenerme siempre firme.
«Hasta este minuto cuando yo caigo, que casi que me da un coma por alcohol, es el día que decido dejar de tomar, cuando logro recuperarme después de tres o cuatro días.
«Me recupero y ahí digo ‘no, ¡basta de esto!’. Excedió todo tipo de límites, ya no solamente me estoy haciendo daño yo, sino que le estoy haciendo daño a mi familia”
Rovaretti: “Y eso significó no probar más una gota de alcohol en tu vida”
“Serrucho”: «Nunca más”