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José Antonio Neme sufrió un portonazo. IMAGEN TOMADA DE PANTALLA / MEGA

José Antonio Neme sufrió espeluznante portonazo

Autor: A.C. / 4 marzo, 2016

Recién ahora contó bien como fue. El periodista de Mega José Antonio Neme sufrió un feroz portonazo hace unas dos semanas. Y ayer detalló en el matinal Mucho Gusto –MIRE AQUÍ  EL VIDEO- la espeluznante experiencia:

“Agradezco que los diarios no lo hicieron público, hace un par de semanas, pero ya que estamos conversando el tema y como ya pasó, lo cuento. Me hicieron un portonazo hace dos semanas. No me robaron en auto, voy a contar como fue. Uno informa de esto todos los días, uno sabe cómo opera, en fin, pero hay que vivirlo para darse cuenta lo que significa.

“Yo estaba en la esquina de la casa de mi mamá, después del noticiero central. Eran las once de la noche, en mi camioneta, y pasé a buscar a mis perros, como lo suelo hacer todos los días, porque ella los cuida en la tarde cuando yo estoy trabajando.

“Llamo hacia arriba del departamento, para que los bajaran, porque era muy tarde. Me quedo en el auto, viendo mi celular, con la ventana abajo y el techo también corrido. Hacía calor. Estoy justo sentado en la esquina y viene una camioneta de lujo, del año, con los vidrios polarizados. Se pone delante de mí y empieza a retroceder.

“Pensé que era una persona de la tercera edad, ‘a lo mejor se está estacionando’ y le empiezo a tocar la bocina. Sigue retrocediendo y me topa, con el parachoques trasero, el mío delantero. Cuando él topó, tenía un auto atrás, pero estaba estacionado. Cuando tocó el parachoques, uno ya sabe. Dije ‘esto es un portonazo’.

“Habían pasado diez días del caso Queraltó –MIRE AQUÍ COMO QUERALTÓ SE RESISTIÓ A UN ASALTO-, que era una cuadra más abajo. Uno ya sabe. Entonces, apreté un botón de emergencia que tiene mi auto, que se cierra completo el auto. Se cierran ventanas, pestillos, en fin. Y me quedo mirando así (se inclina hacia atrás).

“No me bajé. Me quedé ahí. Deben haber pasado dos segundos  y se abren las cuatro puertas de la camioneta y se bajan cinco niños. La verdad es que eran solo niños. Yo les vi solo la parte de arriba (ojos), estaban con polerones. Me rodean, miré hacía el suelo. Dije ‘no voy a mirarlos a la cara, ni nada, porque no quiero’. Si veo un revólver o algo, me voy a poner nervioso y la cosa se va a descontrolar’.

“Yo sabía que mi auto tiene láminas de seguridad en las ventanas, que no es lo usual, y que era muy difícil abrir el auto. Evidentemente podían tener un revolver, pero yo me quedé muy tranquilo, esperando

“Empiezan a tratar de abrir la puerta del auto. No pueden, porque mi auto no tiene manillas, no tiene nada. No sé si tenían armas, no vi armas, tampoco los miré, solo traté de retener la patente del auto de ellos.

“En eso, uno de ellos saca un martillo, o un combo, no sé qué, y golpea el vidrio lateral, y no se rompe el vidrio, porque mi auto tiene láminas. Rebotó y se craqueló  el vidrio. El tipo, que era un niño, o sea yo los veía a todos como muy chiquititos, muy jóvenes. Lo único que pensaba yo era ‘que no baje la nana con los perros. ¡Que no baje, que no baje, que no baje!’. Puedo tratar de hacer algo, pero con más gente, la cosa se complica.

“El tipo empieza como a botar lo que queda de ventana, y es muy difícil, las láminas son muy efectivas. Yo tenía como mi billetera ahí, mis anteojos, tenía todo, mi celular. Y empecé a tocar la bocina y empezó a pasar el rato. Entonces, ya era muy difícil para ellos tratar de entrar al auto.

“Cuando rompen la ventana, me miran. Yo me miro con ellos. Estaban cubiertos con polerón. No sé si él me reconoció del programa o ya había pasado mucho tiempo, pero en ese momento hacen una suerte como de señal, se suben a la camioneta y se van. Debe haber durado cinco minutos y ahí aparecen ya los vecinos de los balcones.

“El momento cuando uno ve que vienen cinco personas que se bajan de una camioneta y vienen hacia a ti… Además que lo hacen al mismo tiempo. Las cuatro puertas de la camioneta se abrieron al mismo tiempo. Yo me salvé porque estaba dentro del auto, pero si yo estoy en una posición bajándome del auto, como él (Queraltó)…

“Conversé con la Francisca Sfeir (polola de Queraltó) en el canal y me dijo que él estaba sacando unas zapatillas de la maleta. O sea, ese momento en que uno está con la puerta entre abierta, no hay nada que hacer.

“Lo que yo más pedía era que la empleada no bajara con los perros, porque la ponía en un riesgo a ella. O sea, si ven que viene la niña con los perros, los tres están en riesgo ¿te fijas? Y ahí la cosa se va a complicar más. Si toman a un perro, si toman a la chiquilla, me van a obligar a mí a bajarme, evidentemente. Ante a eso, yo dejo el auto, dejo todo y ahí la situación se va a poner mucho más difícil”.