Glamorama
Kathy Salosny, Tonka Tomicic, Fran García-Huidobro y Manuel de Tezanos y Di Mondo, personajes de la gala. TODAS LAS FOTOS: AGENCIA UNO

Las copuchas más sabrosas, malévolas y escandalosas del trasnoche de la gala

Autor: Cristián Farías Ravanal / 21 febrero, 2016

Kathy Salosny, que es buena para reclamar por la ventilación, el catering y cosas así, reclamaba porque la comida ya estaba fría en la cena de la gran gala de Viña –MIRE AQUI A LOS MEJOR Y PEOR VESTIDOS DE LA GALA EN MAS DE 60 FOTOS-, donde un grupo con los más famosos y selectos de la televisión local esperó por horas a que Chilevisión se dignaran terminar la transmisión que alargaron todo lo que pudieron porque el rating estaba en peaks de 30 y 40.

Tonka Tomicic, que andaba con un traje de Tigresa del Oriente en versión del carísimo modisto italiano Roberto Cavalli, ni siquiera comió. Esperó que entraran Rafa Araneda y Carola de Moras, los últimos en desfilar por la alfombra roja, y se fue.

Jean Philippe Cretton no aguantó el hambre y comenzó a comerse la entrada así como haciéndose el leso. Y la jetsetera Carola Parsons, la única que va a galas de verdad, como el cumpleaños de Madonna o las remates a beneficio que hace Leo Di Caprio, daba vueltas como gata enjaulada sobre sus tacos importados, soportando la ordinariez de que tuvieron a todos los “vip” encerrados en el salón para que no se cruzaran por las cámaras.

Pero Francisca García-Huidobro, con un vestido tipo Las Brujas de Salem que le hizo Paulo Méndez, no había nada que le pudiese molestar. La patrona de Primer Plano estaba dale con los abrazos, besos y cuchi-cuchis, como quinceañera enamorada, con el galán de los comentarios deportivos, Manuel de Tezanos.

Diana Bolocco y Cristián Sánchez, el matrimonio buena onda, repartían selfies a diestra y siniestra, porque Diana aseguraba que “nosotros vinimos a disfrutar”. Mientras que La Jueza Carmen Arroyo, que le robó el traje metálico a Donna Summer –VEA ACA LOS BURLONES MEMES CON EL TRAJE METALICO DE SEIS KILOS DE LA JUEZA-, confesaba a la menor de las Bolocco que Cecilia, la ex Miss Universo, es su referente.

Stefano Massú coqueteaba con Kika Silva, el nuevo objeto de deseo de la pantalla chica, aunque son solo amigos y han viajado juntos. Y Dayane Mello, la guapa brasileña que le rompió e corazón a Nicolás Massú, arrancaba de la Tía Sonia.

Karol Dance hiperventilado como siempre grababa con el teléfono. Karen Paola con cara de lateada esperaba sentada en una mesa. Alejandra Fosalba y Javiera Contador copuchaban súper amiguis y Pamela Díaz era la más solicitada por su “people”.

Nacho Gutiérrez llamaba la atención porque hablaba todo el rato en spanglish, terminando cada frase con una amplia sonrisa para mostrar su dentadura retocada. “Lo perdimos”, comenta una de sus interlocutoras.

Pollo Valdivia se entretenía con Carlita Ochoa y el director ejecutivo de Chilevisión, Francisco Mandiola, se paseaba de famoso en famoso y se tomaba fotos con Di Mondo, que en realidad se llama Edmundo Huerta. Este hijo de exiliados de Santa Cruz y Marchigüe que ahora vive en la Quinta Avenida de Nueva York con su novio millonario y se hace máscaras como la que llevó a la gala.

El pobre Di Mondo estaba muerto de calor con el armatoste brillante y de varios kilos pegado a la cabeza. Se secaba el sudor con unos cotonitos, mostrándose siempre sonriente y amable. Es un buen chico.

Pero la que lo pasó peor fue Vane Borghi, la candidata a reina que se lució con un espléndido diseño e Carolina Herrera, el más bonito de la noche, pero que fue pifiada por culpa de Chilevisión.

A los productores de la transmisión se les ocurrió llevarla a una esquina de la pasarela, coronarla y ponerle una banda mientras pasaba Luli. Las vecinas que se reunieron a mirar detrás de las barreras de contención creyeron que le estaban jugando chueco a Luli y lanzaron una pifiadera contra Vane –MIRE AQUI EL BOCHORNO DE VANE EN LA GALA-.

Borghi quedó mal. Pésimo. Culpaba a los organizadores por el impasse y aguantaba el chaparrón frustrada, en una esquina del salón. “Jamás te trataría de molestar, de opacar, o algo así, porque jamás fue mi intención y jamás lo haría”, le aclaraba a Luli, frente a los periodistas. Aunque Luli estaba en la luna, como siempre.

Entonces un notero le clavó la estaca a Vane. “Buenas noches Vane y ojalá que esta sea una competencia limpia”. La candidata de Mega se detuvo y en el máximo de frustración le gritó: “¡Yo nunca he jugado sucio!”. Dio media vuelta y se fue. Derrotada.