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José Antonio Neme desclasifica su particular llamado a Cecilia Bolocco

Autor: admin_copesa / 7 octubre, 2015

Desde hace unos días que la onda en Buenos Días a Todos y Mucho Gusto son los llamados telefónicos. Primero se llamaron de un matinal a otro, mientras estaban al aire –MIRE ESE EPISODIO AQUÍ-. Entonces Julián Elfenbein mostró en pantalla el número de Lucho Jara. Y así.

 

El tema siguió esta semana, presentando nuevas aristas. Esta vez, José Antonio Neme desclasificó una particular llamada que le hizo a Cecilia Bolocco –VEA EL VIDEO ACA-. Este fue su relato en el espacio de las mañanas en Mega:

 

“Recuerdo una vez en la universidad, un taller que estábamos haciendo. En ese momento era la época de oro de Viva el Lunes y nos daban a cada uno un personaje para entrevistar. A mí me tocó Alvaro Salas. Entonces, yo trato de conseguirme el teléfono como pude. Lo llamé y estaba fuera del país.

 

“Volví y le digo: ‘¿Sabe qué profesora? La verdad es que Alvaro Salas está fuera del país. Deme otro personaje’. Pensando en que me iba a mandar con alguien más accesible, pensé yo. Dice: ‘Bueno, si no te resultó con Alvaro Salas, trata con Cecilia Bolocco’.

 

“Yo, primer año de universidad, año 99. Me vino una angustia. ¿Cómo consigo el teléfono? ¿Cómo llego a Cecilia Bolocco? Era muy difícil. Además, era Viva el Lunes, todo lo que Viva el Lunes implicaba. Entonces, empiezo a hacer un reporteo. ‘¿Por dónde parto?’ Partí por mi papá. Mi papá se hizo el leso, pá variar. Yo sabía que ella se atendía en una peluquería aquí en Santiago y llegué finalmente a su teléfono a través de una secretaria.

 

“Tengo el teléfono en mi mano. Había que despacharlo por mail al profesor a las once de la noche y eran las diez de la noche. Yo tenía que llamar a Cecilia Bolocco, hacerle una entrevista y tenía media hora para escribir, corregir, porque nos bajaban un punto por ortografía y cualquier error de redacción, y despachar el artículo.

 

“Estaba en mi pieza, en la casa de mi papá, con el teléfono fijo. Te prometo que el corazón me hacía así… Yo respiraba helado. Salía de mi pieza, entraba, decía ‘¿qué hago?’. ‘¿Y si le digo a la profesora que no la puedo ubicar? También es una posibilidad’. Iba a decirle ‘¿sabe qué?, no pude’. No se me pasó por la mente inventar, porque tenía miedo de que me pillaran, iba a ser peor.

 

“Entonces dije ‘voy a llamar a Cecilia. Total ¿qué pierdo?’. Si no me contesta, tengo una excusa real para no llegar con el trabajo. ‘Pip, pip’, suenan cuatro ‘pip’ y después buzón de voz, ‘deje su mensaje…’ Ya eran las diez y media, tenía diez minutos para hablar con Cecilia y 20 minutos para escribir el artículo.

 

«Disco, dos pip y contesta Cecilia. Me contesta y me dice ‘aló, ¿con quién hablo?’. Cómo le explico yo a Cecilia Bolocco en el año 99, yo tenía 19, 20 años. Sí, yo la admiraba un poco. Cómo le digo yo a ella quién soy yo. Le dije ‘hola Cecilia, ¿cómo estás? Antes que todo, muy bien lo que hiciste en Singapur’. ¡Imagínate! ¡El año 87! ¡Cómo eres un imbécil!

 

“Fue lo primero que se me ocurrió. Me dice ‘muchas gracias, muy amable’. Bueno, ahí le expliqué, le dije ‘mira, vamos hacerla corta. Soy estudiante, no me preguntes cómo me conseguí tu teléfono, pero por favor contéstame tres preguntas’. Me dice ‘sí, pero no te voy a responder ninguna pregunta de mi vida privada. Pregúntame cualquier cosa profesional y yo amablemente te respondo, pero exactamente tengo 5 minutos’. ‘Yo también’, le dije.

 

“Y recuerdo haberle hecho tres o cuatro preguntas de Viva el Lunes y también de la contingencia de la temporada. Me respondió muy amablemente. Corté, escribí rápidamente y despaché el artículo. Me saqué un 3, porque tenía dos faltas de ortografía y unos errores de redacción”.

 

 

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