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El canchero coqueteo entre dos mujeres que terminó mal en Manos al Fuego

Autor: admin_copesa / 2 septiembre, 2015

Manos al Fuego volvió a apostar por Julieta, la transgénero que sorprendió en el primer capítulo de la temporada. Fue la carnada perfecta para el caso de Carolina, quien llegó al espacio de infidelidad para poner a prueba a María Carolina, su pareja. Llevan más de 15 años juntas. “Hay veces que se ha portado mal”, dijo, por lo que la llevó al programa para estar segura de formalizar su relación.

 

Pero la cosa empezó mal. Llevaron a María Carolina hasta una discoteque de Melipilla a buscar un supuesto premio que se había ganado. Y desde el primer minuto que arribó, la mujer no les sacó los ojos de encima a las modelos del club nocturno, entre ellas Julieta. 

 

“Me duele la guatita”, lanzó la modelo-carnada, con picardía. Y la respuesta de María Carolina fue inmediata: “Pero si soy paramédico. Si vengo, mira, con uniforme. Mira, ¡justo! ¡Son como angelitas!”. No fue lo único. “Me gané dos premios aquí: la conocí a ella y me gané el cooler”, comentó, canchera.

 

“¡Esto es un regalo del señor!”, expresaba María Carolina sobre la modelo del programa. Repitió los halagos a lo largo del capítulo del programa. “¡Es un sueño! ¡Concha! ¡Dios mío!”, gritaba cuando miraba el baile que Julieta le dedicó.

 

Esto agotó la paciencia de Carolina, su pareja. No quiso pasar a la prueba del beso y fue a encararla.  Sin embargo, antes de eso, la maniquí transgénero le reveló su identidad. “Mi nombre es Julieta. Pero mi nombre verdadero era Facundo”, le dijo. “Ah, ¡me estai hueveando! ¡No me matí de una!”, respondió sorprendida María Carolina. “No, tranquila ¡Igual la saco al Bella (Bellavista)!».

 

Luego, apareció Carolina. “Ah, ¡me estai matándome!”, comentó al ver a su pareja entrar.”Me dijiste que estabai sola, y estai con ella”, consultó la pareja. “Carolina te quiso poner a prueba”, le comentó César Campos, conductor del espacio. “Ah, ¡y perdí!”, expresó. “Te quise poner a prueba para saber si ibas a cambiar alguna vez”, le contestó Carolina.

 

“Ahora mismo, ella va a tener que agarrar sus cositas e irse de la casa”, le indicó Carolina, ante de irse de la discoteque. “¿Qué querías que le dijera? Si no lo siento poh”, se excusó María  Carolina, sin arrepentimiento. “El día que me muera me voy a estar arrepintiendo”, concluyó.