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El «Tío Emilio» se hizo el muerto para delatar estafa con productos «milagrosos» que «sanan el cáncer»

Autor: admin_copesa / 19 agosto, 2014

Emilio Sutherland “murió” para revelar la verdad. Anoche, En Su propia Trampa, con el conductor a la cabeza, fue en búsqueda de vendedores de productos “milagrosos”, de la marca Onmilife, capaces de «curar», supuestamente, el cáncer y el Sida, entre otras cosas. 

 

El “Tío Emilio” y su equipo, siempre escépticos, quisieron destapar lo que consideraban una estafa. Para eso, se metieron con todo en el modus operandi de la empresa a cargo de su distribución en Chile.

 

Primero, enviaron a alguien del equipo a capacitarse en torno a la venta de estos productos. Luego, la mujer llegó con una vendedora, de origen venezolano, a visitar a Sutherland, su “Tío” en la trampa y quien, ficticiamente, tenía cáncer terminal. -MIRE EL VIDEO AQUÍ-

 

 

La vendedora hizo su trabajo: le ofreció estos supuestos “productos milagrosos”, asegurando que el hombre iba a «sanar su cáncer» con ellos. El precio: $ 262.800 al mes. “100% confíe”, le decía la mujer, tras las preguntas del “enfermo” “Tio Emilio”. Incluso, le aseguró a una señora presente allí, con un cáncer real, que su actual tratamiento no la iba a curar, y “sí” los productos que vende.

 

Tras eso, la hicieron caer en la trampa. Sutherland, que hipotéticamente tomó los productos, se hizo el muerto. El conductor se dispuso en un ataúd. A las vendedoras las invitaron al velatorio, para mostrarles así los “catastróficos” resultados de los productos. “’Morí’ por culpa de las viejas que venden productos falsos, que no sanan del cáncer”, dijo con ironía el “Tío Emilio” dentro del féretro.

 

 

De ahí, su supuesta mujer aparece con la caja de los productos, exigiendo respuestas. “¿Por qué estaba tomando estos productos?”, preguntaba. Las vendedoras quedaron desencajadas. Solo atinaron a afirmar que los productos sí sanaban a gente con cáncer. 

 

Finalmente, “revivió”. Ellas no entendían lo que estaban viendo. Sutherland las tomó por sorpresa y las encaró: “Ustedes están engañando a la gente. Ustedes no curan el cáncer”. Ellas trataron de replicar. Sin embargo, tras ser constantemente abordadas por el conductor y un parlamentario, se ofuscaron. “Los vamos a denunciar a Carabineros”, respondían. “Es un producto de alta tecnología”, aclaraban, para luego tomar un taxi y salir de allí.