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La maratónica y exitosa gira de Rafa Araneda antes de la Teletón

Autor: admin_copesa / 25 noviembre, 2015

 

Rafa Araneda es como Don Francisco. Trabaja y trabaja sin parar ni descanso. Y siempre con el ánimo en alto. Aunque después de tanto viaje entre México y Chile, de la gira por Estados Unidos promocionando el Festival de Viña, las alfombras rojas donde mató junto a Carola de Moras en los Grammy Latino, y de la labor intensa con la Teletón confiesa, en buen chileno, que “se me echó la yegua”.

 

También se hace el tiempo para estar pendiente de su mujer, la regia Marcela Vacarezza, y de sus tres hijos. Para cumplir con las obligaciones de apoderado en el colegio y para aparecer con toda la “chispeza” posible en una entrevista con Jaime Bayly, el escritor peruano que no elogia a cualquiera. Pero al Rafa sí.

 

De todo esto y de anécdotas, de su tour gourmet por Miami y su importante misión en la Teletón habla en esta entrevista con Glamorama.cl

 

Ha sido un noviembre bien agitado. Desde los Grammy Latino a la Teletón.

 

“Te diría que hoy, como se dice en el campo, ‘se me echó la yegua’. Ando agotado, porque llegué embalado. No había visto a los niños hace tiempo. Tenía cosas pendientes. Y hoy me ha costado andar firme, porque venía de México, Miami, de muchos viajes durante el año. Y ahora la gira fue muy dura, pero muy intensa”.  

 

Le ha pasado la cuenta toda la actividad.

 

“Absolutamente”.

 

En Estados Unidos estuvo en lugares y programas con personalidades top ¿Cómo vivió esta agitada gira?

 

“De partida, y lo digo en buena onda, es un orgullo cómo la prensa internacional tiene un conocimiento, cariño y respeto enorme por el Festival de Viña. Y lo digo porque es un agrado cómo nos reciben, nos tratan y como tratan al Festival.

 

“Tienen una claridad absoluta de que es un evento único en hispanoamérica. No hay ninguno otro de su especie. Y en ese contexto, somos muy bien recibidos, lo que es un agrado. Viña es Viña y es extraordinario poder sentir eso”.

 

Jaime Bayly lo alabó cuando estuvo en su programa.

 

“Me sentí muy sorprendido, dado que no había tenido el privilegio de conocer a Jaime en vivo. Lo ubicaba por los programas que hizo en los ’90, en TVN. También tuvo unas participaciones en Canal 13, invitado recurrente por sus libros. Yo era un espectador más. Siempre lo encontré un tipo inteligente, asertivo.

 

“Pero yo iba con mis respetos, porque sé que es un entrevistador punzante, que va al grano. Entonces, con el cariño que me recibió, con el cariño que me trató, no solamente quedé agradecido, sino que gratamente sorprendido”.

 

Luego se fue a Las Vegas y estuvo en la gala de los Grammy Latino en honor a Roberto Carlos.

 

“Él (Roberto Carlos) fue considerado por los Grammy como el Personaje del Año para el mundo latino. Fue una cena bonita. Había un dress code donde él solicitaba imperiosamente que nadie fuese vestido de colores café o marrones. Se subentiende que a Roberto le gustan los blancos y azules. Por lo tanto, la rigurosa etiqueta del negro también había que dejarla de lado.

 

“Ya era atractiva esa alfombra, porque era una alfombra colorida. Muchos brasileños y artistas. Estuvimos con Carlos Vives, que estaba contento de venir a la Teletón; con Miguel Bosé, que fue uno de los primeros artistas en confirmar.

 

«Estuvimos con (Alejandro) Sanz, que va a estar en Viña del Mar. Con un montón de figuras. Y con la armada de chilenos. Este año, como nunca, habían nominado a varios. Algunos estaban en la comida de Roberto Carlos. Estaba Américo».

 

Al evento asistió con Carola de Moras.

 

“Fue todo súper agradable. Uno cuando viaja conoce a la gente. Están las esperas, los aeropuertos. Y la verdad es que me ha tocado viajar harto con la Carola, y es un agrado. Es una súper buena amiga y compañera de trabajo. Eso para mí es fundamental. Además, guapísima. 

 

«Se veía increíble en la cena y gala de Roberto Carlos. Al día siguiente, en la alfombra roja de los Grammy, también se lució con un vestido blanco, muy llamativa, preciosa”.

 

¿Cómo fue el recibimiento de la prensa internacional hacia ella?

 

“Uno lo nota con los fotógrafos. Empiezan con más fotos y ‘más, aquí, aquí, a la izquierda, derecha, arriba, abajo. De nuevo. Repitan. Devuélvanse’. Se nota. Ella es preciosa, con medidas perfectas. Llama la atención. Además es muy simpática”.

 

¿Vivió alguna anécdota llamativa en la gira?

 

“La anécdota es que yo tengo una manera de relacionarme con mi mujer, que nos permite estar juntos más de quince años de casados. Es muy relajado, suelto. Y en esa dinámica entra parte del equipo. Yo hablo cualquier cosa delante de la Marcela y todos se ríen. La Carola pasa a ser como parte de la casa. Hay mucha cosa del día a día. Es un placer trabajar con un grupo de gente así”.

 

¿Qué actividades extra programáticas hicieron en Miami y Las Vegas?

 

 “En Las Vegas, en el mismo (Hotel) Mandalay hay un casino. No soy hombre de casino, pero el último día aposté 20 dólares y salí con 80. Me creía la muerte jugando a las maquinitas. Nunca había jugado. Y también fuimos a ver el musical de Michael Jackson, One, que es extraordinario.

 

“En Miami aprovechamos que estaba una hermana mía, y con la Marcelita fuimos a comer a restoranes que teníamos ganas de conocer. Mi cuñado es súper gourmet, así es que fuimos a lugares que no habíamos ido. Pero para mí era duro, porque estaba todo el día trabajando y en la noche esto, y luego temprano por la mañana. Fue un tour gourmet, más que hacer playa”.

 

Ahora a la Teletón, que requiere de estar a punto físicamente ¿Cómo se ha preparado?

 

“Solo ponerle toda la energía del mundo. Me voy a Concepción por la Teletón. Primero tengo una ceremonia con mi hijo en el colegio, a las ocho de la mañana, y después me voy a Concepción corriendo y estoy allá hasta las 10 de la noche. Estoy en modo Teletón desde que llegué a Chile”.

 

¿Y qué hace para resistir todo estos viajes y la misma Teletón? ¿Algún secreto?

 

“Trato de no pasar hambre, de alimentarme bien, tomar mucho líquido, que es fundamental para el sueño. Y fíjate que no hay mayor secreto. Esto es motivación, finalmente. Es harto trabajo, pero cuando uno está involucrado en esta fundación, te das cuenta que hay niños que pueden llegar a estar 14 años en un tratamiento, con varias atenciones al mes y el año.

 

“Yo siento que lo que hago puede ser siempre más en términos de solidaridad. No me quejo. Es lo mínimo que uno puede hacer. Y creo que es una obra maravillosa a la que uno podría dedicarle aún más energía y tiempos. Uno podría donar incluso más”.