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Laurita Prieto se quebró al revelar la muerte que marcó su vida

Autor: admin_copesa / 26 junio, 2015

No le dieron respiro a Laurita Prieto en Más Vale Tarde. En el late conducido por Alvaro Escobar hicieron llorar a la uruguaya durante los 40 minutos que duró la entrevista –MIRE AQUÍ EL VIDEO-.

 

La ex figura de Yingo y de El Club de la Comedia no pudo contener la emoción al ver los videos que el programa de Mega le grabó con mensajes de su hija de diez años, de su familia en Uruguay y de su mejor amiga.

 

La estupenda Laurita, de 29 años, también lloró con la carta que le escribió su mamá y, especialmente, al relatar la muerte del hermano que la crió. Una tragedia que marcó su vida y que la impulsó a escapar de Montevideo y venirse a Chile. Este fue su relato:

 

“Nosotros siempre fuimos muy unidos, siempre fuimos Montevideo. Yo vengo de una familia, ¡uf!, la mejor familia del mundo. Creo que la base de mis valores, mi personalidad, mi esencia, se lo debo 100% a mi familia, a mis hermanos mayores. Yo tengo 29 y mi hermano mayor ¡pobrecito! tiene como 45. Es estupendo para la edad que tiene. Los adoro. Mis hermanos son hombres perfectos, tengo que agradecer por todos los valores, todo el cariño, es increíble.

 

“La muerte de mi hermano fue devastadora. Estaba allá, yo tenía 15 años. Fue un accidente. Mi hermano estaba viviendo en un departamento, solo. Se había separado, pero yo encuentro que él también tuvo motivos. La vida es cuadrada, es redonda mejor dicho.

 

“Mi hermano se casó muy joven, tuvo un hijo muy joven, se separó y una noche llegó, a los 23 años, a su departamento y se quedó dormido. Y la estufa a gas hizo una pérdida y pasó de un sueño al otro.

 

“Ese día fue devastador. Era muy raro, porque mi hermano siempre fue un hombre con mucha energía, muy talentoso. Esteban a mí me crió. Yo era una niña muy amachada, muy hippie, y mi hermano siempre me decía ‘tú tienes que ser modelo’,  ‘tú tienes que ser esto’. ¡Yo era su muñequita! Y él me crió.

 

“Era con el que tenía menos diferencia de edad. Yo tenía 15 y él tenía 23. Entonces, teníamos muchos amigos en común, yo era muy dependiente de mi hermano, le contaba todo. Era como ‘voy a salir, Esteban ¿Qué me pongo?’. Eramos uña y mugre. Llorábamos, éramos los dos muy intensos.

 

“Ahora, después de mucho tiempo, terapias de por medio, sanaciones y todas esa cosas… Yo nunca me programé para venir a Chile a vivir. Vine una vez como a hacer una pega y me quedé y me puse a pololear y tuve a la Tábata y se dieron las cosas. Pero creo que inconscientemente no pude aguantar vivir en Uruguay sin mi hermano.

 

“Me hacía mucha falta. Iba caminando por la calle y lloraba. Hacía la cimarra en el colegio para ir a verlo a la tumba. Y lloraba y lloraba y no quería que mi papá ni mi mamá me vieran. Me costó mucho”.