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El sensible relato de Claudia Schmitd

Autor: admin_copesa / 5 mayo, 2015

Las confesiones de Cecilia Amenabar, a ocho meses de la muerte de Gustavo Cerati, generaron impacto. La ex esposa del líder de Soda Stereo, y madre de sus dos hijos, reveló el duro luto que viven como familia. “Todavía no lo tengo cerrado. Anoche soñé con él. Me visita en sueños unas tres veces por semana. La verdad es que es muy fuerte y no está cerrado para nosotros”, declaró en exclusiva a glamorama.latercera.com –MIRE LA ENTREVISTA COMPLETA ACÁ–.

 

Las palabras fueron materia de discusión en SQP –VEA EL VIDEO ACA-. En el espacio de farándula de Chilevisión comentaron las emotivas palabras de Amenábar. Fue en ese momento que Claudia Schmitd, panelista del programa, aprovechó para cnfesar un sensible episodio que vivió tras la muerte de su abuelo en Uruguay. Este fue su testimonio:

 

“Cuando mi abuelo partió de este mundo, fue una muerte tan repentina que, en el momento del velorio, el cayó de un lado y quedó con el ojito abierto durante todo el momento. Cuando lo están velando en Uruguay, se usa que lo velen 24 horas, a mí me perturbaba el hecho de que la noche anterior, había estado mirándolo mientras me estaba hablando de política. Siempre me decía que los políticos son todos unos chantas. Pero mientras me hablaba, yo lo estaba mirando, lo observaba y tenía mis propios pensamientos. Y él se fue y en el momento pensaba ‘cuánto te quiero y no te lo he expresado’. Él me crió a mí. Fue como mi padre. 

 

“Y en el momento que murió, volviendo al velorio, su ojito le había quedado abierto. Durante toda la noche estuve tratando de cerrarle su ojito. Y había un minuto que nos dicen que tenían que retirar el cuerpo del lugar. Y yo le pedí a mi familia que me dejaran un momento con él, y le mantuve el ojito apretado. Había estado tratando de hacer eso las 24 horas. Y le dije que todo lo que había pensado en la noche anterior, mientras él me hablaba, y que había quedado como pendiente, y si él me podía ayudar a mí demostrándome de alguna forma que él me había escuchado lo mucho que yo lo quería demostrándome que había cerrado el ojito. Y lo cerró. 

 

“Ahí sentí como que se había cerrado eso, que lo que yo sentía, lo que no le pude comunicar en vida, en ese minuto lo había logrado. Como que me transmitió que me escuchó. Y siempre he sentido que cuando estoy en la casa, haciendo cosas, siento como que algo pasa por detrás, y siempre siento que es él quien me está protegiendo, cuidando. La otra vez vinieron unos colegas de La Red a sacar una cuña y yo les pregunté, me hablaban de estas cosas, y les dije si en realidad me podían decir si era él. Y salió. No pude ver el programa, pero me contó una gran amiga, la Pilar Jarpa, que lo vio en ese minuto, que sí estaba presente, qué era él quien estaba presente cuidándome y protegiéndome. Era algo que yo siempre sentía que era, pero que nunca uno puede comprobar. 

 

“No soy de ir a tarotistas ni ese tipo de cosas, y justo me dijeron si yo tenía una foto, se las mostré, y me dijeron que sí. Así que me quedé muy tranquila. Hay un dicho que dice que ‘hay que tenerle más miedo a los vivos que a los muertos’. Y para mi es así. Siento que hay gente que se va de este mundo, pero su energía y su presencia vive con uno durante todo el camino que uno tenga que hacer. Esa es mi única historia que puedo contar, de alguien que, para mí, fue mi padre, pero que de verdad te da una tranquilidad enorme, al poder vivir con esa presencia. De repente, como que uno echa tanto de menos”.