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Salfate revela las 5 reglas de la milagrosa dieta que le hizo bajar más de 30 kilos

Autor: admin_copesa / 21 octubre, 2014

A Juan Andrés Salfate le cambió la vida. Dejó el pan y muchas otros alimentos que son adictivos pero que aportan poco. Bajó más de 30 kilos. Pasó de la talla XL a M. Tuvo que regalar decenas de pantalones y poleras que ahora le quedan nadando. Pero lo más importante es que está feliz y dice que es gracias a lo que, en su momento, llamó “la dieta de las dietas».

 

Cuando dio el dato en La Red, hace más de cuatro meses –MIRE AQUI QUÉ COMER EN UN DIA, SEGÚN LA DIETA-, se propagó velozmente por las redes sociales y entre otros rostros del canal privado. Felipe Vidal y Eduardo de la Iglesia también la hacen y bajaron decenas de kilos –VEA AQUÍ EL RESULTADO QUE TUVO EL METODO EN ESOS ANIMADORES-. Además, hay un Facebook de seguidores de la dieta –ENTRE AQUÍ-.

 

Salfate explica que su sistema “desintoxica el cuerpo”, “es un reparador del cuerpo, estómago y esófago” y que  “no tiene efecto rebote”.  Dice que la doctora Tamara Domínguez fue quien le dio la dieta que consta de tres etapas. Hace un par de meses Juan Andrés terminó la primera, que es el momento más complicado, donde está la mayor parte de las restricciones. Ahora pasó a la segunda fase, donde se van incluyendo más alimentos y no es obligatorio regirse a un horario fijo y constante.

 

“Existe una etapa dos, a la cual entré hace bastante tiempo. La primera etapa, que se hace en un mínimo de tres meses, la hice en cinco. De ahí entras en una segunda etapa en la que puedes ingresar algunos alimentos más condimentados, incluso hasta alcohol”, señala Salfate a glamorama.latercera.com.

 

Lo ideal es que cada persona pueda ver un especialista antes de hacer cualquier dieta. Hecha la advertencia, la figura de La Red cuenta en esta entrevista los cinco mandamientos del método que lo tiene súper flaco.

 

¿Cuál es la diferencia entre la primera y segunda etapa?

 

“En esta segunda etapa tú puedes comer sólo cuando lo estimes conveniente, o sea, cuando tengas hambre. Puedes volver al desayuno-once-almuerzo-once-comida, sin estar comiendo cada uno hora y media. Y de ahí lo que se hace es de a poco ir introduciendo algunos alimentos que antes no estaban considerados, como arroz o palta. Incluso, la doctora Tamara Domínguez, que me ve a mí, al ver que me había portado tan bien, me dio un bonus track: puedo incluir una copita de vino o pisco sour los fines de semana”.

 

Hay mayor libertad.

 

“Mucho mayor libertad, porque en realidad puedo comer lo que yo quiera. Es cuando la gran mayoría de las dietas fallan, porque vuelves a comer como antes, y en este caso no engordas, como en otras. Me mantengo en el peso. Y estamos hablando de los últimos dos o tres meses”.

 

¿Qué cosas siguen prohibidas en la segunda etapa?

 

“No hay nada particularmente prohibido. Se podría comer estrictamente de todo. Pero la doctora  sí fue enfática en que debía dejar el pan. De hecho, me mandó a leer un libro, que es un best seller, llamado Cerebro de Pan. Me dijo ‘mira, ahora puedes volver a comer de a poco, con cierta metodología. Ingresar los alimentos que antes no se podían, pero ojalá nunca más vuelvas a comer pan’. Y la explicación es por la falta de aportes que tiene, y por un tema mucho más complejo, el cual se lo dejaría más a los especialistas.

 

«Según ella, según el estudio, y según lo que generó este libro, dice que en el pan está la raíz de una gran cantidad de dolencias que, más bien dicho, van a ser reconocidas, como el Alzheimer, por ejemplo, o los problemas de hongos y otras afecciones que tiene que ver con el consumo de pan. La doctora, además de prohibir los productos procesados, como una bebida, me dijo que ojalá no volviera a comer pan. Así de drástico”.

 

Le ha cambiado la vida…

 

“Uno se siente mucho más cómodo, liviano. Tienes un mejor dormir. Te baja los límites de ansiedad. Te sientes mucho más reparado, mucho más jovial, con mayor ánimo. Te mejora todo, como el carácter. El cuerpo deja de ser una carga. Te hace sentir completamente reseteado”.

 

Al bajar de peso, tuvo que regalar sus míticas poleras ¿Pero qué pasó con el resto de la ropa?

 

“Los pantalones no hubo caso. Traté de arreglarlos con pinzas, pero nada. Me tuve que comprar pantalones nuevos. La poleras también, no me servían, y regalé un montón, una cada semana, y la verdad es que me quedan por dar más de 100. A veces la gente me pide para donaciones, rifas, y regalo. Lo bueno es que pude ocupar poleras regalonas que tenía del (programa) Maldita Sea, que los fanáticos me hacían y pintaban a mano. Nunca más, por ningún motivo, pude volver a usarlas, y la otra vez me encontré con varias y dije ‘voy a ver’, ¡y me caían perfecto! Más feliz no puedo estar. Recuperé mis poleras de casi 20 años”.

 

¿Cuáles son las 5 mandamientos que se deben tener en cuenta para que la dieta sea efectiva y no fallar en el intento?

 

«1. Se necesita un mínimo de fuerza de voluntad para dejar los azúcares, harinas y alcohol. En algunos de esos tres puntos, la gente es tremendamente fanática y le va a costar abandonarlo. Pero ojo: son sólo tres meses, que parece un montón, pero la dieta en sí misma no es un esfuerzo. Uno come rico, todos los días, en buenas cantidades y a cada rato. No es una dieta súper restrictiva. Esta dieta hace que constantemente estés bajando de peso sin efecto rebote. 

 

2. Hacerlo acompañado. Es bueno hacer la dieta con alguien, porque entre los dos se asisten, se preguntan cómo van, etc. Hacer estas cosas en solitario puede traerte algún tipo de crisis de querer abandonarla en algún momento.

 

3. Aprender a administrar tu comida. Generalmente uno come no cuando tiene hambre, sino cuando tiene ganas de comer. Y con una gran cantidad de máquinas expendedoras de dulces y tantos antojos que te rodean, uno cae en las tentaciones. Entonces, esta administración del alimento es algo que uno lo puede aprender en la vida diaria para saber qué comprar, saber qué vas a comer y hacerte un menú semanal, que lo puedes variar.

 

4. Mezclar la dieta con deporte. Te devuelve el ánimo y, de alguna manera, te regenera cierta vitalidad. Duermes mejor, porque no tienes problemas de ronquido y que te sientas ahogado. Es momento de abrazar algún tipo de deporte. Para aquellos que han estado mucho rato como sedentarios, pueden hacer algo más suave, como pilates. Y algo más extremo puede ser ir al gimnasio o volver a pichanguear con los amigos, arrendando canchas o en cualquier lado. Es una invitación al deporte que sería bueno tomar.

 

5. Replantearse la relación con la comida. Comenzar de una vez a comer sano y aprender a hacerlo. Como dicen ciertos doctores naturistas, uno se come su salud. Lo que tú comes es lo que te enferma, o lo que te mantiene sano. Entonces, opta por la salud”.