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¿Cuánto cuesta mantener el pelo de las rubias televisivas?

Autor: admin_copesa / 22 septiembre, 2014

«Las rubias son siempre las más caras, porque retocar esos colores cuesta muchísimo dinero», asegura Edgardo Navarro, más que un peluquero, íntimo de María Elena Swett, Karen Doggenweiler, Ignacia Allamand y otras divas de la pantalla chica que, por un promedio de unos $ 300 mil mensuales, mantienen su dorado luminoso.

 

El tono oro continúa siendo sinónimo de glamour y triunfo en la pantalla chica. «Mientras más blanco, mejor», dijo una vez Soledad Onetto, que se colora desde los años ’90. Desde hace más de dos décadas que Cecilia Bolocco retoca religiosamente, cada 20 días, el mismo matiz ceniza en los cuarteles de Pato Araya. «Cuesta muchísimo porque, además, el pelo se tiene que ver sano y que brille. Yo paso horas y horas en la peluquería, al menos dos veces por semana», explica la modelo top Pilar Jarpa. 

 

Para verse rubia-rubia, y no rubia naranja, el sacrificio es grande. Uno de los gurús del platinado explica que lo primero es dar el color, un proceso que puede durar de cuatro a seis horas. Después viene la recuperación del pelo, que queda fatal con la tintura y los químicos. «Lo ideal es aplicar un ‘shock de brillo’ una vez por semana; volver a colorear y nutrir cada 20 días; y preocuparse de la pigmentación cada 40», resume el especialista. 

 

Cuanto más procedimientos revitalizadores se hagan, mejor. La última novedad es el llamado «bótox capilar», un mega tratamiento nutritivo que realizan en el salón de Providencia de Navarro. Y la moda ya no es el teñido llamado «californiano», oscuro con la última parte de las mechas doradas. Lo que ahora Diana Bolocco y otras figuras se hacen es el «balayage», una técnica francesa más .

 

Entre los peluqueros de las «estrellas» también figura el joven Rodrigo Castro, que tiene entre sus fans a Sofía García; el salón Leonidas, en Avenida Italia, donde va Javiera Acevedo; y Mi Lady Señorita, en Vitacura, preferido de Virginia Demaría. 

 

A veces, ni todo el tiempo ni el dinero invertidos, pueden contra los abusos como los de Swett en la comedia El Amor Lo Manejo Yo. Con tanta trenza y forzar el pelo para su personaje, la única solución fue cortarlo de raíz. Y esperar que crezca para aclararlo de nuevo.